lunes, 20 de mayo de 2013

Las Grecas ( presentación)


LAS GRECAS. ASCENSIÓN Y CAIDA
Texto escrito por Fernando Márquez y publicado en el libreto del doble CD
"Las Grecas. Todas sus grabaciones 1974-1977"
editado por el sello Ramalama Music en 2010.
Extraido de http://www.ibervinilo.es/biografia.php?artista=LAS%20GRECAS


BIOGRAFÍA

Tras los años 60, en que grupos como Los Brincos, Micky y los Tonys, Los Sirex, Los Pasos, Los Ángeles, Los Bravos, Los Salvajes, Los Buenos, Lone Star, Pop Tops o Canarios habían tocado prácticamente todos los palos venidos de USA y del Reino Unido, en el umbral de la nueva década se producía una desaparición y/o languidecimiento masivo de aquellas bandas y se consumaba la fractura de calidad y comercialidad (hasta entonces unidas con un loable sincretismo) en los caminos divergentes que seguirían, por un lado, la llamada música progresiva (cajón desastre en el que se incluirán las adaptaciones ibéricas más especializadas de los estilos de vanguardia anglosajones) y, por otro, la llamada canción del verano (brote tardío del bubble gum anglosajón que grupos como Fórmula V, Los Diablos o Trébol, y solistas como Tony Ronald o Georgie Dann explotarán hasta el paroxismo).



Pese a todo, el sincretismo entre lo descaradamente comercial y lo insoportablemente vanguardista se mantendrá en algunos nombres e ideas de producción, cumpliendo, en el terreno musical, el papel de “tercera vía” que suponían en el cine español de la época las producciones de Dibildos o los trabajos de Armiñán. Teníamos algunas producciones del ex-Brinco Fernando Arbex para RCA y Ariola, como los primeros trabajos de Micky en solitario o los primeros álbumes del grupo Barrabás; también, como muestra de la renovación de catálogo en Hispavox, las bandas formadas por Rodrigo García y José Mª Guzmán, Solera y Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán; y tuvimos, en el incipiente catálogo español de la CBS, a un dúo de venezolanos llamados Elkin y Nelson, producidos por Juan Pardo), a una cantautora de folk como Cecilia y, de la mano del mismo productor de ésta, José Luís de Carlos, a … ¡LAS GRECAS!


En el catálogo español de la norteamericana CBS, iniciado en 1971, se contará básicamente con dos productores, José Luís de Carlos y Rafael Pérez-Botija, dispuestos a dar al gran público productos no biodegradables. Los primeros lanzamientos serán el grupo vocal La Compañía con un álbum de adaptaciones de zarzuelas, y el primer LP de Cecilia. A estos nombres se añadirán en el 74 los trabajos de la productora Piraña, de Juan Pardo, que, trabajando con varias compañías, ofrecerá a CBS dos productos bien diversos, el cantante melódico Juan Camacho y los ya mencionados Elkin y Nelson. Ese mismo año 74 José Luís de Carlos saca al mercado el disco que batirá todos los records de ventas hasta la fecha en nuestro país: el single “Te estoy amando locamente”, preludio de “Gipsy Rock”, primer álbum de Las Grecas.

Aunque habíamos tenido antecedentes, desde las rumbas de Los Amaya o Chunguitos al rock flamenco de Smash, el lanzamiento de Las Grecas puede considerarse, una de las más brillantes ideas de producción del pop español de los 70. Idea de producción que daría en un período de tres años un dúo femenino, Las Grecas, un grupo masculino Los Chorbos, y un solista, El Luis. Pero serían las primeras quienes arrasarían las listas, batiendo récords históricos de ventas. 

José Luis de Carlos, cerebro de la idea, lanzaría al mercado una primera versión más suave, en el 72, con Arena Caliente, grupo vocal formado con cuatro bailarinas del tablao Las Brujas, que grabarían una serie de temas aflamencados con sofisticados arreglos pop (de los mejores arreglistas melódicos de entonces, como Juan Márquez, Pepe Nieto o Juan Carlos Calderón), y que pueden considerarse el germen del filón que dos o tres años después haría la fama y fortuna de nombres como Lolita, Chiquetete, Manzanita y unos cuantos más. Tras comprobar la buena marcha de este primer proyecto, José Luis de Carlos se mete en 1974 de cabeza en una idea mucho más radical: frente a la finura de estilo de las Arena Caliente, ahora se cogía a un par  de gitanitas adolescentes, Carmela y Tina Muñoz, indómitas y suburbiales. 



Frente a los suaves temas aflamencados de Arena Caliente, se seleccionaban ahora trallazos de pura raza (escritos por Felipe Campuzano- incluido su “Achilipú” – y Juan Antonio Jiménez, mas los clásicos populares “El Garrotín” - ¿homenaje a los pioneros Smash?-, “La Zarzamora” y el “Yo te amo” de Roberto Carlos, que, arreglados en clave heavy por Pepe Nieto, Eddy Guerín y Johnny Galvao, darían como resultado el primer álbum de Las Grecas, “GIPSY ROCK”, cuyo primer single, "Te estoy amando locamente", rompería las listas de ventas de producto español y cuyo audaz sonido (“aquella guitarra a lo Hendrix!” ululaba Joaquín Luqui por la cadena SER a cada momento, refiriéndose a los punteos calculadamente desenfrenados de “El Garrotín” o “Yo te amo”) rompería los esquemas de muchos, tanto adolescentes como ejecutivos del disco.

Resumamos la puesta en marcha de esta locura (locura genial ya que dio en el clavo) con unas palabras de José Luis de Carlos impresas en la contraportada de ese primer LP: “Gipsy Rock no es la sofisticación gratuita de una idea con mayor o menor gancho comercial. Se trata simplemente del nombre dado a la realización de una idea basada en la fusión de elementos originariamente dispares en lo cultural, pero compatibles y curiosamente coincidentes en muchos aspectos. Estos elementos eran de un lado la asombrosa fuerza expresiva de unas originales voces gitanas muy jóvenes y de otra, el electrizante poder de penetración y arrastre de la “actitud” sonora más joven e internacional que conocemos: el rock. Es decir, no era tanto la unión de flamenco y los ritmos modernos (pop). Flamenco, como tal, no aparece sino en el origen: algunas cadencias melódicas y armónicas (de no todas las canciones) así como la estructura rítmica de otras (tangos, originariamente). La unión se realiza sobre todo en el aspecto expresivo”. 




Más, pero "Mucho Más"...

Tras el bombazo de este primer trabajo, realmente el listón estaba alto para los siguientes. En el traumático año 1975 aparece el segundo LP, “MUCHO MÁS”. A partir de este disco, los arreglos correrán exclusivamente a cargo del portugués Johnny Galvao, quien, tras formar parte del grupo Los Buenos (una de las bandas fallidas de los 60, a caballo entre lo comercial y el rhythm & blues), se dedicaría a los arreglos participando, entre otros, en el álbum de Miguel Ríos “Unidos” y también en los discos de Elkin y Nelson. José Luis de Carlos lo convertiría en su arreglista de confianza para sus experimentos con sabor gitano y, así, aparte de Las Grecas, también trabajaría con Los Chorbos (lanzados ese año 75 con su álbum “El Sonido Caño Roto”) y con El Luis (lanzado un año después como el “Elvis gitano”). 

Si el sonido en el que trabajaría Galvao con Los Chorbos y El Luis tiene más que ver con las maniobras orquestales puesta de moda dentro del soul con Temptations, Isaac Hayes o el Sonido Philadelphia, para el segundo LP de Las Grecas mantendría más o menos las pautas rockeras del anterior, añadiendo algunos fondos de sintetizador, moderando los guitarrazos y golpes de batería, y adornando en ocasiones con una flauta travesera (tal vez por aquello de que Jethro Tull empezaban a escucharse en nuestro país). En cuanto a la selección de títulos, varía radicalmente en cuanto a autores con respecto al “Gipsy Rock”: encontramos un par de temas de Venegas y Gabarre, de Los Chorbos: “Yo no quiero pensar” y “Qué bonito aquella noche”, que constituyen dos de las piezas más potentes del disco; también hay tres títulos escritos por el tándem Isidro Muñoz (autor de los primeros singles de Arena Caliente) y Manolo Sanlúcar (oculto bajo el seudónimo 'Évoras'), bastante similares entre sí (similitud que no llega a hacerse tediosa gracias al cuidado de Galvao en variar los arreglos -destacando el fondo de piano rocanrolero de “Más que eso” en plan Jerry Lee Lewis, adornado con la ya mencionada flauta travesera, en una curiosa hibridación de estilos y épocas-); Enrique Morente aporta un tanguillo, “Amor mío” (tal vez el tema que nos recuerda más el clima del primer álbum, pródigo en este tipo de ritmos).


Las propias hermanas Muñoz firmarán tres títulos: “Laula Ula”, “Sueños” y “Sagapo”, los dos últimos cantados en caló y de aire muy moruno, que permitirá a Galvao crear poderosos fondos de sintetizador y percusión; como versión pop se incluye el “Eleanor” de los californianos Turtles, rebautizada como “Soy la que sufre por tu amor”. En conjunto, es un disco correcto, aunque menos variado (y, obviamente, menos novedoso) que “Gipsy Rock”. El hecho de que Las Grecas ya no fuesen el único experimento de José Luis de Carlos y Johnny Galvao (concentrados a la vez en el lanzamiento de “El sonido Caño Roto”) así como las vicisitudes sociopolíticas de la España de ese año, pueden contribuir a que este segundo álbum carezca del mimo con que se preparó el primero.

"TERCER ÁLBUM"...

Con este escueto título se lanza en 1976, primer año del postfranquismo, la producción más cuidada de Las Grecas. Desde la cubierta, rebosante de glamour, a la grabación en Londres con músicos míticos (se habla incluso de miembros de Black Sabbath que intervinieron en algunas sesiones), se nota que la compañía ha puesto toda la carne en el asador a mayor gloria de Carmela y Tina. En pleno auge del sonido Filadelfia y la música disco “made in Munich”, se abandona el estilo rockero puro y duro y Galvao comienza a trabajar en fondos de cuerda sintetizada y de vientos, situando a las gitanitas entre lo disco y lo soul y homologando así el estilo con las otras producciones gitanas de la casa.

La selección de repertorio es bastante ecléctica, alejándose de lo más racial hacia terrenos más light: tres títulos de Paco Cepero (valor en alza en la CBS con sus temas para Lolita), “Ilusionada” (el título que enlaza más con los dos LPs anteriores), “Al Pasar la barca” y “Siempre te tendré” (este último cantado en solitario por Carmela en una línea muy a lo Lolita); dos títulos de Johnny Galvao: “Desengaño” (una especie de fado cantado en castellano y portugués) y “No sé qué hacer” (un singular híbrido de flamenco y blues – con un brillante arreglo de guitarras española y eléctrica – en el que parece detectarse un guiño del autor a su época en Los Buenos); un tema del rockero argentino B.B. Muñoz, “Solitario” (curiosamente es, junto con “Ilusionada”, el título más cercano a la antigua imagen racial de Las Grecas); una nana de Tina a su primera hija, “Sarai” (cuya elaboración me explicó Johnny Galvao: en un descanso entre grabaciones, la joven madre empezó a canturrear para dormir a la criatura, los músicos empezaron a seguirla y la cosa acabó en una jam que supone uno de los momentos más interesantes de todo el repertorio de Las Grecas); el surtido se cierra con un tema de Herrero y Armenteros, “Después”, muy en la onda de estos autores (es decir, pop casi chicle), y con una versión (otra) de los Turtles, el mítico “Happy Together” (con un arreglo especialmente pletórico de vientos).


Este disco, pese a su acabado, deberá competir con una enorme cantidad de experiencias más o menos relacionadas con lo flamenco: El Luis, Los Chorbos, Lolita, la recién lanzada María Jiménez, Lole y Manuel, una incipiente Isabel Pantoja, más el nuevo frente de grupos rockeros “con raíces” (Triana, Alameda, Imán, Medina Azahara, Goma…) y la plétora de guitarristas a la zaga de Paco de Lucía (Manolo Sanlúcar, Paco Cepero, Serranito). Competencia que irá a más en el año siguiente y que, con la diversificación de trabajo del productor De Carlos y el arreglista Galvao, aparte de los desarreglos de orden personal por los que empezaban a atravesar las propias hermanas Muñoz, supondría la caída de Las Grecas.


"CASTA VIVA"...

Año 1977. En el catálogo gitano de la CBS destacan dos producciones, Lole y Manuel y Lolita. Desaparecen Arena Caliente y languidecen Los Chorbos (con una versión de “Esos Ojitos Negros” del Dúo Dinámico) y El Luis. Se lanza, en un intento de competir con la cuadra rockera de García Pelayo, a un par de marcianos sevillanos (Kiko y Raimundo) bajo el nombre de Veneno (lo del lanzamiento es un decir porque la compañía nunca captará muy bien qué diantres es lo que contiene ese trabajo): a partir del año siguiente, se entenderá de modo más ortodoxo lo del “rock con raíces” y la CBS (y su filial EPIC) grabarán a grupos como Imán, Alameda o Medina Azahara.

La CBS pasa un momento duro con la muerte en carretera de dos de sus mejores artistas (Cecilia y Juan Camacho). Nuevos productores (Honorio Herrero y Luis Gómez Escolar) con una visión menos exigente de lo comercial lanzan al mercado aberraciones (¡y en formato de larga duración!- cuando productos mucho más dignos como Arena Caliente sólo grabaron singles-) como La Charanga del Tío Honorio y Ernestito Blancaflor y sus Mariposas Locas. Rafael Pérez-Botija, uno de los productores veteranos de la casa, trata, también en el campo del disco humorístico, de mantener un cierto equilibrio entre calidad y comercialidad y graba un LP con Tip y Coll.



En resumen: bastante desconcierto en la compañía. En esta atmósfera un poco caótica saldrá a la luz el último álbum de Las Grecas, “CASTA VIVA”. De Carlos y Galvao bregan con unas Carmela y Tina ya en plena debacle personal y preparan un repertorio casi testamentario, en el que parece haber reflejos de todas sus etapas anteriores: el tándem Isidro Muñoz-'Évoras' reaparece firmando dos piezas: “Sé que llorarás (con un cierto sabor a títulos de su primer LP) y “Dime qué te pasa” (melodía arreglada en plan acústico para Carmela en solitario, con un fuerte aire a Lole y Manuel- acompañada con un intro instrumental del propio Johnny Galvao – y que supone otro momento muy especial en el repertorio de Las Grecas); Paco Cepero aporta “Sola” (muy similar a su “Ilusionada” del anterior LP); Luis Gómez Escolar y J. Daher presentan tres temas bien distintos, “Tic Tac” (entre rumba y mambo, cantado por Tina con una dureza muy suya – sería el tema estrella del álbum-), “No me arrepiento” y “Kassartili”, que junto con “Mentira y nada más” (firmado por M. Clavero y J. Daher), conforman el bloque que pudiéramos llamar de “canción española renovada”.

Los Chunguitos (que ese año lanzarán su primer disco) ofrecen su racial “Dame veneno”; el disco se completa con un par de clásicos pop, “Nadie te quiere ya” de Los Brincos y “Hace frío ya” (que popularizase en los 60 la italiana Nada). En cuanto a los arreglos, salvo el toque intimista de "Gitana" y "Dime qué pasa”, y el trabajo salsero de “Tic Tac”, el resto, manteniendo un buen nivel (ya bastante alejado del rockerío de los dos primeros LPs), sigue en la línea del “Tercer Álbum” asimilando a un tiempo momentos melódicos paralelos (Arena Caliente, Lolita). Las Grecas, como idea radical y transgresora, ya no existen: han sido domadas.           

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